- Tendencias de la seguridad privada
Los retos y tendencias de la seguridad privada en Colombia para 2026
Tabla de contenidos
Introducción: por qué hablar de seguridad privada en Colombia en 2026
En 2025, el sector enfrentó un punto de inflexión: reformas laborales, presión sobre los costos, avance tecnológico acelerado, nuevas exigencias regulatorias y mayor escrutinio social. Este artículo analiza las principales tendencias de la seguridad privada en Colombia para 2026, con un enfoque práctico para empresas del sector y para organizaciones que contratan estos servicios.
Panorama actual del sector de seguridad privada en Colombia
El sector de vigilancia y seguridad privada colombiano ha crecido de manera sostenida en las últimas décadas.
En una entrevista de 2025, la propia Supervigilancia indicó que en ese momento tenían reporte de alrededor de 1.500 empresas activas, de las cuales corresponden a esquemas de autoprotección y el resto a prestadores comerciales de servicio, como transportadoras de valores, empresas de vigilancia y escuelas de capacitación.
Tendencias que marcarán la seguridad privada en Colombia
Transformación tecnológica: IA, monitoreo remoto y automatización
La primera gran tendencia es la tecnologización acelerada del sector. Empresas de seguridad en Colombia y la región están incorporando:
- Videovigilancia inteligente con analítica de video, que permite detectar intrusiones, comportamientos anómalos y eventos específicos de forma automatizada.
- Monitoreo remoto 24/7 desde centros de operación con dashboards, mapas y alarmas integradas.
- Control de acceso sin contacto, con credenciales móviles y biometría avanzada (facial, huella, palma), que reduce riesgos de suplantación y mejora la experiencia de usuario.
La clave ya no es tener muchos dispositivos desconectados, sino avanzar hacia plataformas integradas que unifiquen video, acceso, alarmas y comunicaciones, y permitan que un operador vea en segundos lo que antes tardaba minutos u horas.
Gestión basada en riesgos, estándares e inteligencia de negocio
La segunda tendencia es metodológica. Las empresas de seguridad que quieren diferenciarse están migrando hacia modelos de gestión basada en riesgos, apoyados en estándares y en datos.
- ISO 18788 se consolida como el estándar de referencia para sistemas de gestión de operaciones de seguridad privada (SGOS), exigiendo políticas claras, evaluación de riesgos, respeto a derechos humanos y mejora continua.
- La Supervigilancia impulsa la implementación de SARLAFT 2.0, programas de transparencia y ética empresarial, y reportes de información financiera más detallados.
- Crece el interés por integrar la seguridad privada a sistemas más amplios de continuidad de negocio, gestión de riesgos corporativos y cumplimiento.
En 2025, el reto no es solo “poner guardas y cámaras”, sino demostrar con indicadores que la estrategia de seguridad aporta valor: reducción de incidentes, tiempos de respuesta más cortos, menos pérdidas, mayor percepción de seguridad del cliente.
Articulación público-privada y seguridad ciudadana
Un tercer eje de tendencia es la articulación entre seguridad privada y autoridades. En ciudades como Bogotá, las secretarías de seguridad trabajan de la mano con empresas vigiladas para consolidar redes de apoyo, compartir información y coordinar acciones en tiempo real.
Herramientas como la APP 123, desarrollada para que los vigilantes reporten en tiempo real hechos delictivos aprovechando la georreferenciación, demuestran el potencial de esta cooperación.
De cara a 2025, se espera:
- Mayor integración de cámaras privadas con sistemas de videovigilancia públicos, bajo esquemas regulados.
- Más convenios para capacitación y protocolos conjuntos de reacción.
- Un enfoque de “seguridad ciudadana compartida”, donde la vigilancia privada no reemplaza al Estado, pero sí actúa como un aliado operativo relevante.
Sostenibilidad, enfoque social y confianza ciudadana
Por último, la seguridad privada está entrando en la conversación sobre sostenibilidad (ESG) y responsabilidad social.
Algunos elementos clave:
- El sector es uno de los principales generadores de empleo formal, incluyendo mujeres, personas con discapacidad y trabajadores mayores de 45 años.
- Crece la exigencia de que las empresas demuestren prácticas responsables en contratación, condiciones laborales, uso de la fuerza y respeto de derechos humanos.
- La transparencia en tarifas, política salarial y políticas de no discriminación pasa a ser un factor de diferenciación comercial.
Las empresas que integren estos elementos a su discurso y a su práctica cotidiana podrán construir mayor confianza con clientes, colaboradores y comunidades, algo fundamental en un sector que maneja información sensible y acceso a bienes críticos.
Recomendaciones estratégicas para empresas de seguridad privada
A partir de estos retos y tendencias, algunas líneas de acción para las empresas del sector en Colombia son:
- Apostarle a la formalización total
- Cero tolerancia a prácticas que vulneren normatividad laboral o tarifas mínimas.
- Fortalecer programas de cumplimiento, SARLAFT y ética.
- Planear la adopción tecnológica por fases
- Priorizar integraciones que generen resultados medibles: reducción de falsas alarmas, tiempos de respuesta, pérdidas.
- Evitar inversiones aisladas sin estrategia de datos ni de operación.
- Profesionalizar el talento humano
- Invertir en formación continua y bienestar, aprovechando escuelas de capacitación y programas internos.
- Trabajar sobre la rotación y los riesgos psicosociales como temas estratégicos, no solo operativos.
- Construir alianzas con autoridades y comunidades
- Participar activamente en redes de apoyo, mesas de trabajo y convenios locales.
- Comunicar los esfuerzos de sostenibilidad y responsabilidad social.
La seguridad privada en Colombia llegará a 2026 como un sector grande, diverso y decisivo para la economía y la vida cotidiana. Pero también se enfrenta a una ecuación compleja: más regulación, mayores costos, más escrutinio y un contexto de riesgo en evolución permanente.
En este escenario, las empresas que mejor se adapten serán las que logren pasar de ser vistas como simples “proveedoras de guardas” a convertirse en aliados estratégicos de seguridad, capaces de combinar talento humano, procesos sólidos, tecnología y un enfoque transparente y responsable.
El desafío para cada compañía es hacerse tres preguntas:
- ¿Qué tan preparada está para operar en este nuevo entorno?
- ¿Qué brechas tiene en formalización, tecnología, talento y cumplimiento?
- ¿Qué decisiones debe tomar hoy para seguir siendo relevante y sostenible en los próximos años?
Las respuestas a estas preguntas marcarán la diferencia entre quienes solo sobrevivan y quienes lideren la seguridad privada en Colombia hacia el futuro.


